Muchos chapines claman por ser bien tratados cuando emigran a países como México y los Estados Unidos. Y tienen razón, en parte porque es bien conocida la forma inhumana que aveces se trata a los guatemaltecos que buscan mejor vida en el Norte.
Los chapines, sin embargo, no son consistentes en cuanto a migración se refiere. Quieren que los traten bien y que les den la bienvenida calurosa cuando migran; pero no son generosos, abiertos, tolerantes y respetuosos, con los migrantes de otros países que vienen acá, o andan de paso. Este tema ya lo he comentado en otras ocasiones.
Hoy, leo que “Zoila Miriam Hernández, ciudadana guatemalteca que reside en Cuba, aseguró que la Embajada de Guatemala en esa isla está vendiendo visas por US$6 mil a ciudadanos cubanos que quieren salir de allí. Hernández denunció la acción en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en Migración, pero, según ella, los funcionarios no mostraron interés en el caso”.
Los cubanos salen de Cuba huyendo de una dictadura. Si alguien está dispuesto a pagar US$6 mil, por una visa, eso quiere decir dos cosas principales: Que el costo de quedarse a merced de la dictadura es más alto; y que la embajada de Guatemala, o la Administración chapina, pone tantos obstáculos y es tan hostil, que es más barato pagar por la visa, que obtenerla de forma legal. Corrupciones como esta, tienen su orígen en la potestad arbitraria y/o monopólica que tienen los funcionarios en dar, o no, lo que se les está solicitando.
Yo opino que los guatematlecos no deberíamos extorsionar a los que huyen de la tiranía. Por experiencia propia, para ser consistentes con lo que decimos ser, y por dignidad humana, deberíamos facilitarles la libertad.
