Como los chapines promedio no son papos, cuando leo que “más de 18 mil pobladores Ixcán, Quiché, dijeron No a la construcción de la hidroeléctrica Xalalá”, entiendo que lo que quieren decir es que no desean que la energía eléctrica sea producida ahí; pero de ninguna manera renuncian al uso de la electricidad.
¿Qué significa eso? Que quieren gozar de los beneficios de la energía eléctrica, siempre y cuando sea producida en otra parte, enmedio de otra gente.
Eso se me ocurrió porque, aunque la noticia no menciona las causas por las cuales se rechaza la construcción de hidroeléctricas, he oído que la gente teme que las hidroeléctricas hacen desaparecer el agua y la convierten en electricidad. De ahí que yo suponga que la gente quiere gozar de la luz y de la electricidad, pero no le importa que la supuesta desaparición del agua, para ser convertida en energía eléctrica, le ocurra a otras personas.
¡Por supuesto que el agua no se convierte en electricidad!; pero eso es lo que la dirigencia popular y los grupos de interés que están detrás de estos movimientos le dice a la gente. Y la gente, que no es tonta, pero es ignorante, reacciona como bien puede.
Pregunto: Esa gente que se opone a la construcción de hidroeléctricas, ¿renunciaría también a usar energía eléctrica? Esos de las ONG que azuzan a la pobre gente, ¿tienen microondas en su casa? ¿Tienen licuadora? ¿Tienen luz eléctrica?