Wen Jibao, el primer ministro de China recibió su zapatazo correspondiente. Un manifestante pro derechos humanos le arrojó un zapato a Wen Jiabao, durante la conferencia que pronunciaba en la Universidad de Cambridge. Sentado a varias filas del dirigente chino, el activista, que fue detenido por la Policía por desorden público, lanzó el calzado tras ponerse en pie y gritar: “¡Cómo podéis escuchar esto sin protestar!”
¿Wen se merecía el zapatazo? Juzgue usted:
Los blogueros chinos viven en un régimen de terror.
El régimen de Pekin retrasó el juicio del activista Huang Qui, luego de que ayudó a víctimas del terremoto de Sichuan.
Wang Lianxi, uno de los participantes en las protestas de Tiananmen está detenido contra su volutad en un hospital psiquiátrico.
Ji Sizun, que participó en protestas durante las Olimpiadas, fue condenado a tres años de prisión.
Abogados, académicos y activistas que promueven la reforma política en China son acosados.
Más de 1300 musulmanes fueron arrestados, por sospechas de poner en peligro la seguridad del estado, en Xianjiang.
Unos 59 opositores fueron detenidos en Tibet.
Estos son sólo unos ejemplos de lo que hace comunmente el régimen chino; y esta es la China que los entusiastas de Pekin eligen ignorar cuando hacen apologías de los avances económicos en aquel país. El pueblo chino está sometido a una dictadura inescrupulosa de la cual Wen Jiabao es jefe de gobierno.
Yo digo que se merecía el zapatazo; y me extraña que por este zapatazo no haya tanta algarabía como la que hubo por el que recibió George W. Bush. Yo digo que es por un doble estándar. ¿Qué opina usted?