Por sugerencia del buen amigo Juan Pablo Chaclán.
Mi única observación es que Arroyave no ha sido víctima de “la violencia”, así, en abstracto. En todo caso ha sido víctima de la criminalidad; o más apropiadamente: ha sido víctima de delincuentes con nombres y apellidos. De individuos que han tomado la decisión de cometer actos delictivos y están pendientes de enfrentar su responsabilidad penal. O deberían de estar pendientes de enfrentarla.