Me da mucha risa -y algo de pena- cuando la gente se extraña porque los políticos que ejercen la Presidencia, aquí y en todas partes, actúan como los demás y no son el buen ejemplo que se supone que deberían ser. ¿De dónde saca la gente que los políticos no tienen vicios, pasiones, ni debilidades?
El caso más reciente es el de
Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, denostado porque tiene 20 hijos, porque es polígamo y porque tiene sexo sin condón. Al pensar en él, yo tomaría en cuenta de que viene de una cultura en la que la poligamia no es la norma; y que no hay nada intrínsecamente malo en la poligamia si esta es voluntaria y pacífica entre las partes involucradas.
Caso diferente es el de Fernando
El padre de la patria Lugo; que siendo sacerdote y obispo católico -y quién sabe si en abuso de sus facultades de mitrado-
engendró hijos en Paraguay antes de ser presidente de aquel país sudamericano.
Ahí tenemos, también, el caso de Silvio Berlusconi que no es ajeno a los
escándalos de contenido amoroso. Y los chapines mismos tuvimos a uno a quien de apodo le decían Cemaco, porque
las tenía a todas bajo un techo; en alusión a una tienda de departamentos que ofrece tener
todo bajo un techo; y en alusión a que algunas de sus mujeres eran funcionarias de su gobierno.
Aaaaaaah, y gracias al lector Offo, que nos recuerda que Cristina de Kirchner, de Argentina, recién nos ha recomendado que la carne de cerdo es un magnífico
estimulante sexual. Cosa que yo estoy muy dispuesto a probar una y otra vez…aunque no con ella, claro.