El sector privado produce:
1) Todos los alimentos que se consumen.
2) Toda la ropa que se usa.
3) Todos los productos que se exportan.
4) Todos los impuestos con que a su vez se pagan:
a) Los sueldos de todos los trabajadores de los tres poderes del estado y de las entidades descentralizadas, autónomas y semi-autónomas desde el más al menos importante;
b) Las inversiones y los gastos del estado, como caminos, hospitales, acción cívica, seguridad social y cohesión social para mencionar algunas;
c) Las pérdidas de las empresas del estado;
d) Las deudas del país;
e) El sostenimiento de la universidad estatal;
f) Todas las escuelas públicas;
g) Todos los hospitales públicos;
5) Todas las escuelas privadas.
6) Todos los salarios del país, (los de los burócratas por medio de impuestos y los demás directamente)
7) El capital para invertir en nuevas fuentes de empleo, de producción y de impuestos.
Este texto lo encontré en El espejismo del salario mínimo, CEES, 20 de abril de 1978. Viene al caso porque a muchas personas se les olvida el papel importante que tiene el sector privado y, porque debido al daño que hacen los empresaurios, mucha gente olvida que no es posible prescindir del sector privado. Ni siquiera el saqueo es posible sin aquellos que producen.
Por eso, además, es una trampa el concepto de responsabilidad social empresarial; ya que convierte en una especie de sanción de la víctima las buenas prácticas empresariales y las relaciones públicas. En ese contexto, resulta que ya no es suficiente que el sector privado haga y provea todo lo que hace y provee; sino que, además, debe satisfacer exigencias de grupos de interés que hacen que los empresarios se sientan culpables por tener éxito, y les hacen creer que deben devolverle algo a la sociedad…¡como si sus contribuciones señaladas arriba fueran irrelevantes, o insuficientes!