La novia del vocero presidencial, Fernando Barillas, goza de protección personalizada proporcionada por la Policía Nacional Civil. La afortunada denunció violencia intrafamiliar, y su Romeo le puso seguridad. “El resguardo es algo normal”, dijo el enamorado vocero al informar que a su Julieta la cuidaba personal del Ministerio de Gobernación.
Novia tener quisiera, era
Para ponerle guarura, ura.
Tus impuestos usaría, ia
Y nada me importaría, ia.
Aquello ocurre cuando vemos fotografías de personajes como Nery Barrios; y el dirigente de los burócratas de la educación Joviel Acevedo, disfrutando de la seguridad que dan dos, o tres policías bien armados, para cada uno. ¿Toda la nomenklatura tiene guaruras?
Todo aquello sucede cuando vemos que el Presupusto 2009 privilegia gastos supérfluos y que los fondos para la seguridad ciudadana, de todos los guatematlecos, son insuficientes.
Ocurre cuando vemos la barbarie de las decapitaciones en Pavoncito.
Sucede cuando los diarios chapines están llenos, cuajados, plagados, de asesinatos, secuestros, extorsiones. El chapin promedio vive en el miedo, pero a la nena le dan un susto y ya rápido tiene su guarura.
Lo que me alarma, a mí, ya no es el robo del dinero de los tributarios; lo que me deja boquiabierto es que algunos funcionarios ya no distinguen entre su patrimonio (si lo tuvieren) y el de los tributarios. ¡Ya no hay límites, ni hay vergüenza! Con razón es que el Presidente socialdemócrata pide paciencia.
