Un total de US$33 millones costó un equipo inútil de radares que fue comprado sin licitación y funciona de forma aislada. Ahora el Ministerio Público investiga a los exministros de la Defensa Ulises Anzueto y Manuel López Ambrosio por la adquisición de tres radares que costaron US$33 millones 220 mil lo que equivale a Q259 millones 975 mil 733.60. ¿Para este tipo de negocios quieren subirle el precio a la gasolina y al cemento los pipoldermos?
Lo que no dice la noticia es que este negocio fue hecho con auxilio del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria o BBVA; pero más importante aún, si la compra fue hecha con un préstamo, el mismo fue aprobado por los diputados en el Congreso de la República. La gente sencilla cree que la principal función del Congreso es la de emitir leyes (y peor aún, la gente modesta cree que mientras más leyes emiten los diputados, mejores son); sin embargo la función más importante de un Congreso es la de fiscalizar a los otros dos organismos del estado. En este caso, los diputados fallaron en proteger los intereses de los tributarios y la pregunta es: ¿Fallaron porque actuaron como diputíteres, o por pura desidia?
Si bien es cierto que los compradores en el Ministerio de la Defensa tienen grave responsabilidad en este negocio hediondo; también es cierto que el negocio se hizo con la bendición de aquellos llamados a fiscalizar y a proteger los intereses de los que pagan las facturas, que son los tributarios. No olvides que los préstamos se pagan con los impuestos que pagas.
Luego, si el dinero del endeudamiento es usado para comprar radares inútiles quiere decir que hay dinero ¡hasta para desperdiciarlo, malgastarlo y maladministrarlo! ¿Con qué cara es que los pipoldermos se atreven a pedirles más sacrificios a los tributarios?
La foto es de Prensa Libre.