“Si gritas te vamos a matar”, fue la advertencia que recibió María*, para que no se opusiera a ser violada por dos agentes de la Policía Municipal de Tránsito de Santa Catarina Pinula, quienes minutos antes habían ofrecido llevarla a su casa, luego que su vehículo se quedara sin gasolina en el kilómetro 11, carretera a El Salvador.
“Hoy fui víctima de una lenta y ridícula persecusión por un elemento de la Policía Nacional Civil que anotó mis datos en su libreta”, nos cuenta
Mauricio Romero en su bitácora. “No escribo ni quiero el tema se use contra la institución, yo escribo porque con tanta inseguridad da rabia que algunos elementos dediquen los recursos de la PNC a perseguir,detener y tomarle datos a un ciudadano, que va solo en un carro, sabado a las cuatro de la tarde, en una cola de mas quince minutos en el boulevard Lourdes escuchando MP3 de su celular”, añade Romero.
Recuerdo que cuando estaba en Segundo grado de primaria tenía un libro (seguramente de Salud y Seguridad), en el que había un ilustración que mostraba a un niño pequeño hablando con un policía. La maestra nos explicó que si algún día nos perdíamos, o nos veíamos en apuros lo mejor era acercarse a un policía y pedirle auxilio. Después de leer las historias de arriba, ¿qué le aconsejaría, usted, a un niño, o a un adolescente?
En cuanto los vea les diré a mis sobrinos que si se ven en apuros, de día o de noche; y peor aún, que si la policía se les acerca, que llamen inmediatamente y con total confianza a sus padres, o a mi y que avisen exactamente dónde estan.
*El nombre es ficticio para proteger a la víctima.