Nuestra flor de Perdidos en el espacio nos regaló su primera flor de la temporada y atrás de ella vienen siete más. Es, quizá, el año en que más ha floreado.
Es una Stapelia gigantea y la llamamos Flor de Perdidos en el espacio porque recuerda la flora extraterrestre y extraña de aquella serie de televisión de los años 60.
Esta flor exótica es una suculenta que hiede; una lectora mexicana dice que allá le dicen jedionda. Despide una pestilencia como a carne podrida; y aparte de eso llama la atención que es notoriamente hirsuta y verdaderamente grande. Nunca ha sido polinizada pero atrae moscas que han de acudir encantadas por su olor característico.
¿Te preguntarás que cómo es que me causa alegría aquella flor tan poco agraciada? Y te diré que quizás es por su aspecto raro, que va más allá de exótico; y porque es perseverante y generosa.
Un cuate hawaiano me contó que esta flor se encuentra en las partes más secas de la Isla grande, y es conocida como Caron Flower; seguramente que en referencia al barquero Caronte y en alusión a su olor. Uno ve el centro de esta flor y parece estar frente a un vórtice que lo llevará a la presencia del barquero del río Estigia. Cuando mi cuate era guía turístico, allá, se divertía mucho cuando los visitantes no le creían lo del olor y acercaban sus narices a las flores.
Esas comen carne, le dijo a su compañero un muchacho que teníamos trabajando en casa hace años