Fonapaz es una institución que está viciada, penetrada por la corrupción, dijo el presidente Otto Pérez Molina al anunciar el cierre de aquella piñata. Y yo me pregunto: ¿Cuántos vicios necesita una instancia estatal para estar viciada y penetrada por la corrupción? ¿Diez, cincuenta, quinientos, treinta mil? ¿Cuántos?
Digo…porque, si a corrupción vamos y a vicios vamos, ¿qué ministerio y qué dirección general, qué fondo y qué oficina se salva? Los fondos, por cierto, fueron ideados en los años 90 porque los ministerios y otras instancias del sector público eran lentos e ineficientes. (¿Estarían corruptos y llenos de vicios?). Estoy seguro de que, si se ve debajo de la alfombra, los otros fondos no son muy diferentes al Fonapaz. El reparto de tierras y el de vivienda deben ser fuentes de enriquecimiento y de rentas parasitarias, no muy diferentes al Fonapaz. ¿En qué parte del sector público crees que no se hacen compras sobrevaloradas y adjudicaciones a parientes, compadres, socios y testaferros?
Sospecho que Pérez Molina nos está dando atol con el dedo; no sólo porque lo que se le señala al Fonapaz está presente en toda la administración pública, sino porque jugarán Por allá fumé, con el dinero y las tareas asignadas al fondo. Todo el tinglado será movido a otro fondo que dependerá del Ministerio de Desarrollo. Eso me huele a que la piñata será cambiada de lugar.
Por allá fumé, por cierto, era la frase con la que se contestaba a la pregunta de ¿Compra candelitas?, un juego de mi niñez. Evoca la voluntad de evadir, de distraer, o de hacerse el quite.