En los Estados Unidos de América, en Europa y en todo el mundo hay una crisis económica que ha reducido significativamente el nivel de vida de quienes han perdido sus trabajos, están subempleados, han perdido sus ahorros o han perdido en parte o totalmente sus negocios. La crisis ha empobrecido a millones y millones de personas a las que cada vez les cuesta más y más cargar con el peso tributario que les imponen los políticos.
Yo me imagino que muchos de aquellos tributarios golpeados, en países como los Estados Unidos, España, Japón y otros donantes, más de una vez se preguntarán que por qué es que si ellos están pasando penas, tienen que pagar impuestos para subsidiara políticos corruptos en lugares como América Latina, o Africa para poner dos ejemplos.
En eso pensé cuando leí que los EE.UU. detectó sobrevaluaciones en la solicitud de apoyo que, por $7.5 millones o Q60 millones, les pidió el Ministerio de Trabajo de Guatemala a los tributarios de aquel país del Norte. Ese dinero serviría para comprar computadoras, vehículos y otros equipos modernos. Ante las anomalías, el gobierno en D.C. se vio en la necesidad de enmendarles la plana a los políticos socialdemócratas chapinies y a sus funcionarios, de modo que el monto fue reducido a $5.6 millones o Q45 millones. ¿Qué iba a pasar con los $1.9 millones o Q15 millones que el equipo de Los Colom quería de más?
El Ministro del ramo dice que el ajustón fue porque los gringos son muy acuciosos; pero yo coincido con Pepe Pinzón de la Central General de Trabajadores de Guatemala, que dice que la corrección apunta a que podría haber un mal aprovechamiento de los recursos por parte del Ministerio; y coincido con Juan Pablo Carrasco, de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americana, en el sentido de que el asunto es poco serio, carece de transparencia y es penoso.
Y me pregunto: ¿Cuánto del dinero de los tributarios de los EUA, Europa, y Asia se desperdicia cuando no se detectan cosas así? ¿Cuántas familias en aquellos países y continentes pasan penas para financiar la corrupción en países del Tercer Mundo?