A la obra de Clayton M. Christensen, autor de Disrupting Class y gurú de la innovación disruptiva, la conocí en febrero de 2004; y hoy toca despedir al autor, que falleció en 23 de enero pasado.
En 2004 miembros de la Universidad Francisco Marroquín leímos y discutimos aquel libro durante un coloquio que duró varias sesiones y que dirigió el entonces rector, Giancarlo Ibárgüen S.
En aquella obra, Christensen concluye en que:
- Pocas reformas han abordado la causa de la incapacidad de los estudiantes para aprender.
- La innovación disruptiva no se arraiga por medio de un ataque directo al sistema existente. En su lugar, debe dar la vuelta y entrar por debajo del sistema.
- La forma en que se organiza actualmente la escolarización -en un sistema monolítico en el que a todos los estudiantes se les enseñan las mismas cosas el mismo día de la misma manera- nunca nos permitirá educar a los niños de manera personalizada. Necesitamos un sistema modular.
- Cuando el proceso de toma de decisiones sobre lo que se adopta en las escuelas se centraliza, como lo es actualmente, hay tantas fuerzas políticas y políticas tan poderosas que hacen que el cambio y la personalización sean casi imposibles. Las personas inteligentes harán cosas inteligentes si solo les permitimos hacerlo.
- La reforma sistémica requiere de una visión sistémica.
Son coautores del libro Michael B. Horn y Curtis W. Johnson.