Un grupo de militantes somalíes islamistas irrumpió en el Garissa University College, de Kenya, y asesinó a 147 infieles. El grupo responsable de la matanza se llama Shabab y este no fue su primer acto de naturaleza terrorista.
Cuando leo que hay quienes sostienen que todas las ideas merecen respeto, me pregunto, ¿qué respeto puede merecer la idea de que es moralmente deseable el asesinato de infieles? El mundo musulmán, por dignidad, y Occidente -porque la civlización está bajo ataque- deben terminar cuanto antes con la brutalidad y la demencia yihadista que, amenazó con una guerra larga y espantosa.
Cuando uno ve la foto de las víctimas atisba lo que quiere decir espantoso y recuerda que espantoso puede adquirir las proporciones de Ruanda en 1994 y se hiela la sangre.
En 1963, el emperador de Etiopía, Haile Selassie I dio un discurso en la ONU y ese discurso fue convertido en la canción War, por Bob Marley; y de eso me acordé cuando leí la noticia de lo ocurrido en Garissa. Pensé que si a la letra se le cambian las referencias al racismo, por alusiones a la religión, aquella canción es muy relevante no sólo para la dolorosa actualidad africana, sino para la de Occidente y el mundo. Piensa en la letra de la canción como algo que diría así:
Until the philosophy which hold one religion superior
And another
Inferior
Is finally
And permanently
Discredited
And abandoned –
Everywhere is war.
No le tememos a la muerte, para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua, gritaban los yihadistas en swahili, antes de disparar. No se preocupen, los vamos a matar, pero nosotros también moriremos, dijeron también. Mientras el misticismo y la irracionalidad sigan influyendo en la política, en la filosofía, en la ética y en las vidas de millones de personas, everywhere is war. Guerra larga y espantosa como la que se está incubando en Kenya.