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Jun 09

Si autoridad para interrumpir el comercio

Alvaro San Nicolás Colom no tiene autoridad alguna para suspender todo tipo de reuniones políticas, económicas, financieras, culturales, deportivas, de turismo y cooperación con el gobierno provisional hondureño.


Seguramente puede suspender aquellas que corresponden a la esfera de la acción pública; pero de ninguna manera puede suspender aquellas que corresponden a la esfera de la acción privada. Ni el comercio, ni otras actvidades que personas individuales ejerzan como parte de sus actividades personales y privadas pueden, ni deben estar sujetas los caprichos políticos.

Los que ejercen el poder puede, por ejemplo, disponer que burocracias públicas como la del Banco Centroamericano de Integración Económica no le den más préstamos al gobierno de Honduras (y francamente con ello le estarían haciendo un favor); pero no pueden imponer decisiones como esa en actividades que le son ajenas al poder público. ¡Es un abuso que San Nicolás y otros insensatos se metan en cosas así! Cuando Funes, Ortega y San Nicolás disponen cerrar por 48 horas el comercio terrestre entre sus ciudadanos y los hondureños, actúan como tiranos y causan daños y perjuicios por los que deberían ser judicialmente responsables. El asunto es tan grave que Fréderic Bastiat escribió algo así como Dejad que entren las mercancías; porque si no, lo harán los cañones.

Que no se les olvide a San Nicolás y a sus colegas, que el comercio internacional es intercambio voluntario y pacífico entre personas que viven en diferentes localizaciones geográfico/políticas; y es comercio entre personas, no entre gobiernos, ni entre estados.

El bloqueo a Cuba es un ejemplo de lo negativas y abusivas que son ese tipo de medidas, que coartan la libertad de intercambiar y servir sin coerción ni privilegios.