De la piel para adentro mando yo, es una de mis frases favoritas de Antonio Escohotado; filósofo y ensayista que tenía una forma muy peculiar y poderosa de decir las cosas. Escohotado fue un campeón del antiprohibicionismo en materia de drogas, prostitución y eutanasia. Uno de sus temas favoritos era el de la afirmación de la libertad como antídoto frente al miedo o las coacciones que empujan al ser humano hacia toda clase de servidumbres. De ahí su relevancia durante los encierros de 2020 y en el contexto del covid-19.
En la Universidad Francisco Marroquín, el profesor Jesús María Alvarado dirigió un seminario sobre Los enemigos del comercio, una historia moral de la propiedad, obra de Escohotado que es muy conocida y quizás quieras ver las sesiones grabadas que comparto en esta entrada.
De él, también me gusta esa frase: Cívico es reducir lo obligatorio a mínimos, vedando el acceso a las magistraturas de quienes pretendan lo contrario; y esta otra, tan, pero tan oportuna par nuestros días: Detesto el victimismo y pago sin vacilaciones el peaje de la independencia.
Esta última me dio mucho que pensar cuando le leí por primera vez: Nada vivo se mantiene sin esforzarse continuamente por realizar su específica naturaleza, y es por eso un mero conato o aspiración de cumplimiento de cierto sí mismo, lo cual significa parecerse a un estar antes que a un ser.
Muy oportuna es una conversación entre mis cuates Dani Fernández y Luis Espinoza Goded, titulada De McClsokey a Escohotado, ¿por qué las élites son tan inmorales?
Antonio Escohotado falleció el 21 de noviembre de 2021.