Peligro con gobierno regalón

 

El ejército fue desplegado a las gasolineras y el Presidente les pidió a los alcaldes que verifiquen los precios de los alimentos en los mercados por medio de las guardias municipales.  Esas medidas son unas de las formas en que el presidente Luis Arce, en Bolivia, está reaccionando frente al incremento de los precios de los alimentos.  Ah, Arce también cerró el país para que los alimentos no salgan de Bolivia.

Arce es tecnócrata y socialista, heredero de Evo Morales; y según él esas medidas van a aliviar la situación de los más pobres.  Si no fuera trágico sería fascinante ver cómo los políticos colectivistas repiten los errores que agravan las crisis que generan sus propias políticas.

Ve, por ejemplo, a la Administración Arévalo. Recién anunció que para aliviar el costo de vida repartirá bonos de Q250 para 50 mil familias y un aporte único de Q1000 para 100 mil familias.  Eso es Q150 millones que ingresarán al mercado, sin haber sido consecuencia de la productividad.

¿Sabes que pasará? Como en el 2020 quienes reciban aquel dinero estarán felices en el corto plazo; pero en el mediano plazo la disponibilidad de esos quetzalitos presionara para arriba los precios.  Quienes reciban primero aquellos quetzales comprarán a precios normales y obvio que serán beneficiados, pero en la medida en que esos quetzales circulen, las personas que los reciban más tarde tendrán que comprar a precios más caros.  En un plazo mayor, también los que recibieron primero el privilegio sufrirán el alza en los precios y se anulará el supuesto beneficio.

¡Pero eso no importa!  Porque habiendo revivido el programa Mi Familia Progresa, de los Colom/Torres, la administración semillera habrá creado una clientela dependiente, de utilidad electoral.

Es el viejo truco de Evita Perón que no siempre funciona en los comicios; pero que siempre empobrece y hace más profunda la miseria -no sólo económica- sino en materia de dignidad humana y tiene efectos devastadores. Por cierto…¿fue Arévalo el candidato que dijo que El guatemalteco no está esperando que le regalen?

El clientelismo es un intercambio de favores mediante el cual quienes controlan el dinero que toman de los tributarios conceden subsidios, prestaciones, aportes y otros privilegios a cambio de apoyo electoral.  Si creas una masa de dependientes suficientemente grande y dependiente, compras apoyo electoral porque, en condiciones normales, ¿quién va a votar por un candidato que ofrezca acabar con los privilegios? ¿Quién va a querer que los políticos regalones entreguen el poder?

¿Has oído que la mejor política social es un buen empleo?  Desde una perspectiva no ideológica, esa es la solución para ayudar a los más pobres.  ¿Pero de dónde van a salir más y mejores empleos? Estos son consecuencia de la multiplicación de las inversiones productivas, de la formación de capital y del ahorro.  ¿Pero de dónde van a salir aquellos en un ambiente en el que, desde el poder, son castigados el ahorro y los rendimientos del capital y son obstaculizadas las inversiones productivas?

Esta por colapsar el comercio en el Pacífico porque la Administración Arévalo ha estado más ocupada con sus obsesiones electoreras que en anticipar el estallido de un problemón heredado. Arévalo viaja y viaja, mientras se acaba el dinero para combatir el dengue.  ¿Pensarán los semilleros que echando a perder se aprende?

Arce va a sacar al ejército y va a cerrar fronteras para -según él- remediar los problemas que le achaca al cambio climático.  ¿Qué irá a hacer Arévalo cuando el alza en los precios suba en espiral? ¿Asumirá su responsabilidad, o buscará chivos expiatorios?

Columna publicada en República.

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