Desde la emergencia de la actual crisis sanitaria, pasan los días y, viendo la gravedad de la situación económica mundial, se agolpan las propuestas económicas de múltiples sectores económicos guatemaltecos, dicen Daniel Fernández y Olav Dirkmaat en el Plan sensato ante la emergancia COVID-19 para Guatemala, publicado en UFM Market Trends.
Celebro este plan de propuestas precisamente porque es sensato -para Guatemala específicamente-, es decir, que muestra buen juicio, prudencia y madurez en el contexto chapín.
Dicen los autores que parece que todo el mundo tiene la receta perfecta para que no le de fiebre a la economía guatemalteca. El problema es que los que están proponiendo propuestas fueron incapaces de adelantarse a esta crisis como si pudimos hacer desde UFM Market Trends en múltiples artículos como este publicado en 2018 o este otro publicado en 2019. También adelantamos la crisis actual en este informe sobre la economía de EEUU publicado en 2019, o en el informe sobre la economía de Guatemala publicado también en 2019. Adicionalmente, y quizá fruto de las prisas, la mayor parte de quienes presentan propuestas sugieren soluciones sin ni siquiera hacer un análisis de la situación actual como hemos hecho desde “UFM Market Trends”.
Te recomiendo que leas el informe completo, cuyas propuestas de paliación económica, en el contexto del virus chino, se resumen en:
1. Aplazamiento del pago impuestos (ISR, IVA) y cotizaciones sociales (IGSS, Irtra, INTECAP) hasta 3 meses después de la normalización de actividades productivas;
2. Eliminación del ISO;
3. Bajada inmediata del ISR a empresas (sobre utilidades) de 25% al 15%, de 25% y a 5% para los que mantengan al menos 90% plantilla para los próximos 3 años;
4. Crédito fiscal por pérdidas;
5. Vacaciones regulatorias aduaneras durante un año; y
6. Permitir que las empresas operen mientras obtienen los permisos relativos a las medidas de higiene y prevención para evitar la expansión del virus.
En ese contexto añado que todo aquello debe ir acompañado de un compromiso y de acciones creíbles para el congelamiento y reducción del gasto estatal. El informe incluye una serie de recomendaciones sobre lo que no hay que hacer:
1. Aumentos de gasto peligrosos en burocracia y los costes asociados a ella;
2. Desmanes monetarios:
3. Utilización de reservas internacionales; y
4. Promover la construcción de vivienda, o infraestructura.
La de Dani y Olav es una aportación valiosa y oportuna; no sólo porque están en peligro la economía y los medios de vida de muchísimas personas; sino porque la libertad también está en peligro.