El de plátanos en gloria es uno de mis postres chapines favoritos.
Los recuerdo muy bien en las casas de mis abuelas y en la de mis padres. Son comfort food y vienen acompañados de nostalgia y de buenos momentos. Los prefiero fríos pero son sabrosos calientes. Aunque la preparación influye mucho en la calidad del plato, el tipo de plátanos tiene mucho que ver con el resultado final; y estos de la olla son de 100 puntos, plátanos de la costa sur, suaves y aromáticos.
En casa los hacemos con miel de azúcar, canela en raja, migas de champurradas y un toque de leche. Mi madre dice que los de ella no llevan leche; y una lectora me contó que con Colombia, sustituyen la leche con gaseosa de fresas y que allá los llaman plátanos en tentación.
Estoy esperando la cena con ansias para disfrutar este postre.