Recuerdo muy bien la primera vez que comí alcachofas y debe haber sido cuando tenía unos 7, u 8 años, en la casa de mi abuela, Frances.
Fue ella quien me enseño a comer la parte tierna y deliciosa de las hojas, y quien me enseñó a cortar las de modo que pudiere extraerle el corazón a la alcachofa y a separarlo de las espinas que trae la planta.
En todos mis años de comer y disfrutar de las alcachofas (me he comido hasta 10 en fila) nunca había visto una planta, hasta hace unas semanas. Yo estaba muy emocionado, de esa forma en que me emociono cuando encuentro algún alimento -o libro, u obra de arte, o canción- con el que he tenido una relación larga…sin conocer detalles de su orígen, o su existencia. Fue encantador conocer la planta completa con sus hojas y todo.
Siempre me he preguntado que quién habrá sido el valiente que descubrió cómo comer alcachofas…y al ver el aspecto de la planta, la pregunta volvió a repetirse en mi mente porque casi parecen salidas de la serie Perdidos en el espacio.