Cuando yo estaba en el colegio tenía un compañero que, cuando de carnes se trataba, sólo comía lomito. Y yo pensaba: ¿Cómo puede vivir sin hilachas, sin frijoles blancos con espinazo, y sin lengua?
De eso me acordé cuando leí que –seguramente frente a la indignación generalizada de agosto del año pasado– la Presidencia de la república anuló siete compras de cangrejos, “carpaccio”, pato, chorizo uruguayo, codornices, camarones jumbo, “coulottes” y cordero. ¡Ahora la cocina presidencial hasta incluye ablandador de carne! Con todo y todo es interesante saber que, en diciembre de 2014, la SAAS adjudicó compras de 44 tipos de carnes por Q2.6 millones; y que entre febrero y abril del año pasado se compraron carnes, frutas, legumbres y otros por un monto de Q3.9 millones. ¡Eso es poco más de Q1 millón por mes! Mientras tanto, niños víctimas de la educación estatal en Huehuetenango recibirán clases en un edificio inhabitable; y ya no digamos lo espantoso que ocurre en los hospitales estatales.
La extravagancia en la alimentación presidencial no debería extrañarnos. ¿Recuerdas aquella entrevista en la que Eduardo Valdizán acorraló a Vinicio Cerezo? Uno de los temas más incómodos fue el de los gastos de la Presidencia en alimentos. ¡Y eso que no nos hemos enterado de cuánto gasta la Presidencia en “whiskys” de una sola malta y en tintos de la Ribera del Duero, o algo parecido! ¿Cuánto gastarán en botellas de Zacapa?
¿Leíste que en 2016, los pipoldermos tomaron de los tributarios Q6 mil millones que no pudieron, o no quisieron ejecutar? Ese dinero lo tomaron de más y sus legítimos propietarios no pudieron usarlo para sus necesidades. Eso quiere decir que los pipoldermos no deberían haber pedido ese dinero y que -en justicia- debería ser devuelto a quienes trabajaron para producirlo. Eso quiere decir que no lo necesitaban y que lo expoliaron de más. Eso quiere decir que es injustificable que este año traten de tomar más dinero de los tributarios. Si no pueden ejecutarlo, o lo ejecutan en excentricidades alimenticias, ¿para qué piensas que querrían más de tu dinero?
Columna publicada en elPeriódico.