Por cosas así es que no les alcanza el pisto

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La deuda del Ministerio de Salud asciende a Q381 millones, de los cuales, Q234 millones son de este ejercicio fiscal, y Q147 millones venen arrastradas del  año pasado.  Cualquier lector superficial diría que es porque no ha habido dinero para pagar aquellos compromisos; pero los lectores de Carpe Diem saben que no es así. Porque si hay dinero para plazas para fantasmas (porque las plazas si existen, pero los que cobran son fantasmas), si hay dinero para los pactos colectivos y así puede seguir la lista.

Ayer nos enteramos de que la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia de la República adjudicó un contrato por más de 2.5 millones de quetzales por carnes finas  justo en una época en la que la escasez de alimentos ha sido el padecimiento constante de los hospitales. En noviembre de 2014, cuando el Hospital General San Juan de Dios empezaba a reportar desabastecimiento, la SAAS publicó la licitación para proveerse de chicharrones, lomito, camarones jumbo, tilapias, longanizas, bolovique y costillas de cerdo, entre otras carnes.

¿Me vas a decir que no hay más casos como este en otras ramas del Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial? ¿Me vas a decir que no hay compras parecidas en las entidades descantralizadas y en las autónomas y semiautónomas?

Si ha habido plata para chicharrones, camarones y lomito para los pipoldermos y sus empleados, ¿por qué no hay para camote en amarillo en los hospitales?

Pero that was then, this is now.  ¿O no?

Aunque a Jimmy Morales la SAAS también le compra chicharrones, sus gustos son diferentes a los de la Presidencia de Otto Pérez Molina.  A Morales parece gustarle mucho el queso brie que era el favorito de Napoleón I, emperador de los franceses, y es conocido como el rey de los quesos.  De hecho, la SAAS le compró 240 latas de ese queso para este año.  Al Presidente también le compran ingredientes para hacer sushi y carnes como coulotte, filetes corte New York, codornices, cordero y entraña, entre otros.

No es que un Presidente, su familia no deban comer bien; pero ¡¿tanto brie a costa de los tributarios?!  ¿Tanto brie cuando faltan alimentos y medicinas en los hospitales estatales, sólo para mencionar una carencia de taltas? Si el Presdiente pagara sus cuentas, ¿comería tanto brie, o compraría quesos más modestos?  Con tanto coulotte (360 unidades) tanta entraña (430 libras), tanto cordero (440 libras de costillas) y tanto steak New York, ¿la familia presidencial no extraña los frijoles blancos con espinazo, las hilachas o la carne guisada que comemos los chapines promedio? ¿Cuál era el menú promedio de los Morales antes de que pudiéran cargárselo a los tributarios? ¿Por qué es que el Presidente no paga sus extravagancias con su sueldo (que de todos modos también pagan los tributarios, pero por lo menos es un sueldo y no un privilegio)?

#NoMasImpuestos

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