Uno de los avances cívicos más notables entre nosotros es el reconocimiento de que nuestros problemas –como sociedad– se deben al sistema. Esta idea se contrapone a la percepción primitiva de que lo que hay que hacer es elegir personas buenas. Sólo en el corto plazo esto es cierto, parece evidente que se necesitan personas buenas para desmantelar el sistema malo y establecer uno bueno; pero, en el largo plazo, si queremos paz y prosperidad, necesitamos un sistema apropiado para cultivar las virtudes que hacen posibles la paz y la prosperidad.
El paso que sigue a ese hito tan importante que es el reconocimiento de que le problema es el sistema, es un salto: reconocer que no sirve de mucho cambiar un mal sistema, por otro parecido, o peor. Por ejemplo: ¿por qué querríamos cambiar un sistema en el que la politización de la economía, la sobrerregulación y la proliferación de la arbitrariedad generan niveles escandalosos de corrupción por un sistema más politizador, más regulador y más arbitrario? ¿Por qué querríamos cambiar un sistema en el que los intereses colectivos prevalecen sobre los derechos individuales, por uno más corporativista, más colectivista y menos respetuoso de los derechos de la minoría más pequeña que es la minoría de uno? ¿Por qué querríamos cambiar un sistema que castiga el ahorro, la formación de capital, el emprendimiento y la competitividad por uno que de una vez los asfixie?
¿Por qué no probámos –para variar un sistema que elimine totalmente los privilegios y proteja la igualdad de todos ante la ley? ¿Qué tal si ensayáramos un sistema que respeta los derechos individuales de todos, sin excepción?
No acudiré a la plaza por dos razones importantes: 1. El año pasado el llamado lo hacían individuos con la mayoría de los cuales comparto valores; y ahora lo hacen algunas organizaciones que, como diría mi abuela, a saber qué pata puso ese huevo: y 2. Muchas de esas organizaciones explícitamente quieren un sistema más colectivista, autoritario y arbitrario. Y no quiero ser parte de eso. Cuando esa perspectiva cambie iré a la plaza o a donde sea, y mientras tanto estoy aquí y en luisfi61.com
Esta columna fue publicada en elPeriódico y la ilustración la tomé de Facebook.