Mientras que presenciamos la implosión, el desmoronamiento, la fundición y el colapso del socialismo del siglo XXI en Venezuela; con tristísimas consecuencias para los habitantes más vulnerables de aquel país, en otros países latinoamericanos afines a aquel experimiento colectivista se ven cosas que lo dejan a uno papo.
- En Nicaragua, luego de dos mandatos consecutivos, el presidente, Daniel Ortega, intentará perpetuarse hasta 2022, luego de ser nominado como candidato del Frente Sandinista para las elecciones de noviembre próximo. Ha de ser importante para aquel personaje asegurarse seis años más de poder frente a lo que está ocurriendo con el socialismo.
- En uno de esos arranques de culto a la personalidad, tan propios de los gobernantes socialistas, los comandantes de las unidades militares del ejército de Bolivia han recibieronla instrucción de que por disposición del escalón superior se agradecerá que a la finalización de todo acto cívico militar, en la desconcentración, antes de rendir honores al estandarte y de la restitución de este a su sitial de honor, se deberá entonar la marcha Evo Morales. Dicho himno incluye incluye un verso que, dirigiéndose al Presidente, dice tú tienes la luz y añade: Evo, tú eres la voz / Que al imperialismo fue quien enfrentó / Para todos los hijos un gran porvenir / Anticapitalista y anticolonial.
- En Ecuador, Rafael Correa dispuso establecer una moneda electrónica forzada para competir con el dólar en su país. El olor de la catástrofe llega hasta aquí porque, si bien una moneda voluntaria como Bitcoin tiene mucho sentido desde varias perspectivas, una moneda electrónica obligatoria, controlada por políticos socialistas es un disparate de proporciones inimaginables. Especialmente para los más pobres y para los burócratas que no tendrán más opción que recibir sus sueldos en…ni siquiera en papel…sino en 0100011010011100100101001…no de forma volutaria, sino por la fuerza.
Todo esto es como de opereta, como algo sacado de Bananas, la película de Woody Allen, o algo así; pero lo triste es que no es de risa porque los estertores del socialismo del siglo XXI, en América Latina se paga con miseria, sufrimiento y represión.
Foto por Pedro Rey/AFP/Getty Images.