Jorge Mario Bergoglio dice que la libertad de expresión debe tener límites, y que no debe ofender la fe de nadie. El problema es que entonces no sería libertad de expresión. Estoy seguro de que en lugares como Cuba, Rusia y Corea del Norte hay libertad de expresión siempre que no se ofenda al régimen. Recuerda que las personas tienen derechos, no las ideas.
Si aceptamos el criterio del dirigente religioso, por ejemplo, todos los libros de José Saramago podrían ser considerados ofensivos. Los de Fernando Vallejo, también. Los de Voltaire. Si aceptáramos aquella opinión de Bergoglio, los libros ofensivos, ¿no deberían ser publicados? Y si ya fueron publicados, ¿deberían estar bajo llave? ¿Deberían alimentar una pira?
¿Qué habría que hacer con quienes escriben libros ofensivos? ¿Encerrarlos, o aterrorizados como se aterrorizó a Galileo Galilei? ¿Quemados como fue quemado Giordano Bruno? ¿O sólo amonestados?
¿Quién tendrá la facultad de decir qué libro, qué cuadro, qué canción, qué poema, qué blog es ofensivo? En Arabia Saudita el bloguero Raif Badawi está siendo azotado porque ofendió la fe de quienes tienen la facultad de azotarlo. ¿Badawi debería haberse callado para no irritar a quienes tienen el poder de darle mil latigazos?
La libertad de expresión no tiene mayor relevancia si se discute sobre qué tipo de árboles se siembran en un parque de la ciudad; pero la tiene…¡y mucho! cuando se discute acerca de la filosofía y los más caros valores de las personas. En cuanto al uso de la libertad, Friedrich A. Hayek dice: No es una razón contra la libertad individual el que frecuentemente se abuse de ella. la libertad necesariamente significa que se harán muchas cosas que no nos gustan. Nuestra fe en la libertad no descansa en los resultados previsibles en circunstancias especiales, sino en la creencia de que, en fin de cuentas, dajerá libres para el bien más fuerzas que para el mal.
La propuesta de Bergoglio es un disparate peligroso. Y en todo caso prefiero la aproximación de H. L. Mencken a esos temas de fe y religión: Debemos respetar la religión del otro, pero solo en el mismo sentido y la misma extensión en que respetamos su teoría de que su mujer es la más guapa y sus niños los más listos.
Piense infinitamente,piense lo que quiera pero expresese con respeto … Simple.
¿Con trespeto a qué, René? Con respeto a las personas, estoy de acueredo; ¿con respeto a las ideas? NO. Nunca. Sobre todo si es a las malas ideas. Luego no se trata de sólo pensar (eso sería “muy fácil”. Aquí estamos hablando de expresar las ideas, no sólo de pensarlas.
anda, que el autor de este post si que no sabe nada de nada, solo quiere mas visitas con temas polemicos, perdi mi tiempo leyendo su blog. Ahora hare uso de mi libertad de expresion. SI QUE ES UN TONTO. El autor de este post ah de tener problemas sexuales o bien sicologicos para poder escribir estupideces. es mi idea y mi pensamiento y ESPERO A QUE LO RESPETE Y LO PUBLIQUE. si no el mismo se estaria contradiciendo con su post. Y dando la razon a quien en verdad la tiene. o sea yo por que tengo derechos tambien no?
En realidad, Himmler, sólo publico tu comentario para que los lectores vean la clase de gente y de mentalidad que está del lado de la idea absurda de Bergoglio.
Por cierto, este es un espacio privado de uso público. Respeto la libertad de expresión de cualquiera en su tiempo, en su espacio y con sus recursos; pero si alguien quiere usar mi espacio para insultarme o para retarme con absurdos como ese de que yo estoy obligado a publicar las ideas de cualquiera, se equivoca de lugar y de persona. Carpe Diem es propiedad privada y para tener espacio aquí debes cumplir con reglas sencillas: 1. Te identificas; 2. No insultas a mi familia y a las personas que admiro; 3. No me haces retos pueriles.