Por poco se me pasa el Día del riñon y no quería que eso sucediera porque una de mis amigas más queridas -aunque no la veo tanto como quisiera- tiene sólo uno. Vive una vida normal; pero sólo tiene uno. Además, un amigo de mis padres y amigo mío, también, necesita un riñon para mejorar su calidad de vida; ya que tiene que someterse regularmente a diálisis.
El problema de la falta de riñones no me es ajeno, pues. Además cuido los míos bastante no sólo tomando agua y líquidos con regularidad, sino siguiendo el consejo que el almirante Nelson le dió a un chico de 15 años: Never miss a chance to make water.
Los dejo con una conversación que tuve, con el doctor Fredy Abed, sobre los factores biológicos, legales y económicos del transplante de órganos.