Luego de dos días en Monterrico vuelvo listo para decirle adiós a 2011 y darle la bienvenida a 2012. Me encanta la playa en fin de año, cuando no hace mucho calor y el cielo nocturno está cundido de estrellas.
Con mis sobrinos disfrutamos de Orión y sus alrededores, así como de una luna roja e intensa. Me revolcó el mar, como corresponde; y comimos muy sabroso. No vi ballenas, ni tortugas, ni cocodrilos, como en otras ocasiones; pero disfruté mucho a mi familia.