Una serie de temblores fuertes se ha sentido en Guatemala. Para mí, el segundo fue el más impresionante porque acababa de estacionar en el sótano del edificio Design Center en la zona 10. Fue impresionante porque, aunque no sentí el movimiento, sí lo escuché… y me recordó el traka, traka, traka del terremoto de 1976.

El sentido del humor chapín no falla. Luego del primer temblor, mi cuate, Alessandro envió el mensaje de arriba.
El primer temblor lo sentí en mi oficina donde me siento muy seguro. Como fue particularmente fuerte, me acordé de que durante el fin de semana mi teléfono me avisó que la batería estaba degradada y que no cargaba más del 75%. Esa es una situación que no me gusta porque —por mi experiencia de hace 49 años— sé que las comunicaciones son importantes. Me incomoda mucho que mi teléfono y mi compu tengan baterías descargadas; además, me arrepentí de no haber ido ayer a cambiar la batería. En fin. En la iShop del Oakland Place me agarró el tercer temblor fuerte. La diferencia de estos temblores, con otros de otras ocasiones, es que los de hoy no eran mecidos, sino que la tierra saltaba.
Al pasara del Design Center al Oakland Place había gente afuera, en la acera. En el centro comercial vi cómo muchas personas entraban en pánico y otras se ponían muy nerviosas. Con toda la razón del mundo, en esos momentos hay que actuar con prudencia, así que no conseguí mi batería. Cuando salí, a traer mi carro, ya había un montón de gente en la calle. Por cierto que me dio la impresión que el personal del Design Center manejó muy bien la evacuación expedita de los automóviles. A lo largo del camino hacia mi casa vi que había muchas personas en las calles afuera de sus trabajos y viviendas.
En el camino llamé a mi mamá para ver si necesitaba rescate; pero mi sobrino, Andrés, estaba con ella y la llevaría a su casa. En el edificio donde vivo se les solicitó a mis vecinos que evacuaran; pero para cuando llegué —porque el tráfico se puso particularmente denso—, ya todos habían vuelto a sus apartamentos. En mi casa solo se cayeron dos adornos; pero a un vecino se le estropeó una lámpara.
¿Sábes qué me perturba mucho? Que en situaciones como esta y como ocurrió durante los encierros forzados del 2020, demasiadaas personas pierden el más mínimo sentido de cortesía y de amabilidad. Demasiadas personas se ponen en The Walking Dead mode y eso multiplica las tensiones y crispa los ánimos.
Mientras tanto, aquí tenemos carpas, bolsas de dormir, catres y mochilas equipadas para el caso de que la cosa se ponga seria y haya que evacuar el edificio. Nuestros kits de terremoto tienen una mudada de ropa, baterías, una linterna, un par de botellas de agua, sendas latas de frijoles, elotes y atún, galletas de soda, antigripales, antialérgicos, analgésicos, antidiarréicos, fósforos, vodka y algo de dinero para cada uno. Mientras escribo estas líneas, a las 17:40 (central time), hubo otros brincos rápidos y las sirenas siguen sonando.

Sea como sean, uno de verdad no quiere que un terremoto nos agarre en manos de los semilleros. Otra muestra de humor chapín.
En Whatsapp algunos amigos han puesto fotos y vídeos de daños en la cúpula de la iglesia de Palín, la cuesta de Las Cañas rumbo a La Antigua, en Santa María de Jesús, un supermercado en Cayalá y así. Seguro que hay más daños y derrumbes en otras áreas.
En Guatemala, la tierra nos recuerda que no estamos a cargo. Prepararnos y mantener la calma es nuestra mejor defensa.
@luisficarpediem Una serie de temblores fuertes se ha sentido en Guatemala. Para mí, el segundo fue el más impresionante porque acababa de estacionar en el sótano del edificio Diagonal 6 en la zona 10. Fue impresionante porque, aunque no sentí el movimiento, sí lo escuché… y me recordó el traka, traka, traka del terremoto de 1976 #temblor #guatemala #chapinesenusa #sismo #kitdeemergencia #luisfi61


