Este año, mi Día de Dar las gracias comenzó con un encuentro con Frosty y con que en casa preparamos un pay de manzanas para la cena familiar que será donde mi hermana.
Con Frosty, interpretado por mi amiga, Lucía, me topé luego del concierto Soñando en Libertad que se celebró en la Universidad Francisco Marroquín como una forma de celebrar el 2024. Lucía suele llevar disfraces a esa fiesta tradicional y le añade más alegría.Dentro de unas seis horas celebraré con mi familia el Día de Acción de gracias o Thanksgiving Day. ¿Por qué? Porque para ser agradecido hay que valorar; y para valorar hay que estar consciente. ¿Qué es la consciencia? Ya lo dijo Aristókalos:
Es la facultad de conocer…me permite experimentar sensaciones. Integrar sensaciones en percepciones. Percepciones en conceptos. Conceptos en conocimiento. Y este conocimiento, es mi medio básico de la supervivencia. Una consciencia sin medios de ser consciente no puede ser. Una consciencia sin cuerpo es imposible.
Como cada año en esta fecha, y en el contexto de los párrafos anteriores, este es un buen día para ver Saints and Strangers que -descontado el misticismo- pone en perspectiva el contexto filosófico, jurídico, económico y políticamente hostil en el que se originó la fiesta de hoy. También te recomiendo artículos:
- Tarde de dar gracias.
- El gran engaño de Acción de gracias.
- Happy Thanksgiving from the Objective Standard.
- Thanksgiving, the Producers Holiday.
- Thanksgiving was the Triumph of Capitalism over Collectivism.
Me gusta esta fiesta porque es acerca de la vida, la productividad, el ahorro; pero más importante: sobre la familia, los amigos y las personas que enriquecen nuestras vidas. Mucho se habla de que esta es una fiesta gringa; pero…¿desde cuándo es que el agradecimiento tiene nacionalidad? De cualquier manera y por cultura general es posible que el primer día de Acción de Gracias se haya celebrado 30 de abril de 1598 por el explorador español Juan de Oñate y miembros de su expedición. Eso es 26 años antes que el de los pilgrims.
¿Qué se celebra?
Francamente, además, ¿a quién no le gusta celebrar aquello?…y ¿qué no es eso lo que hacemos el 1 de noviembre con el fiambre? Celebramos virtudes burquesas y el sistema que ha permitido que los pavos y otras delicias no sólo sean para las aristocracias, las oligarquías y los obispos. ¿Qué sistema es ese? El que respeta los derechos individuales de todos por igual, el que respeta el proceso de mercado, el que favorece el intercambio y abomina de las relaciones forzadas, ¡Imagínate! Tal vez por eso es que a los destruccionistas no les gusta la celebración del Día de gracias.
En unas horas mi familia y yo celebraremos con una deliciosa cena que será en casa de mi hermana, con pavo preparado por uno de mis hermanos. Es ese tipo de encuentros en los que uno se divierte como mico y en los que es maravilloso sentir ese cariño que sólo se siente alrededor de una mesa cuando se juntan tres generaciones.
El pavo y los demás componentes de la cena no aparecerán de la nada. Son posibles gracias al ingenio, la productividad y a la empresarialidad de miles de personas que no conocemos. Son posibles gracias a nuestra productividad y a la de quienes nos facilitan ser productivos. Son posibles gracias a quienes transportan los productos y a quienes nos los venden. Son posibles porque ahorramos y porque muchos participaron en su elaboración.
En esta fiesta, aprovechemos para agradecer a quienes valoran nuestros talentos humildes. ¡Mil gracias! a los agricultores, transportistas, comerciantes, industriales, científicos, técnicos y demás que hicieron posibles el pavo, los tomates, las papas, los quesos, los camotes, los panes, las arvejas, el tocino, los pasteles y demás. Gracias a quienes lavan los platos, los moldes, los cubiertos y demás. Gracias a quienes hicieron el vino y las gaseosas.
Gracias a Raúl por su apoyo y su alegría. Gracias Nora que siempre tiene espacio, siempre tiene tiempo, siempre tiene ganas, siempre tiene buenos consejos, siempre tiene amor, siempre tiene sentido del humor, siempre tiene alegría, siempre nos reúne…y ya no da paletazos. Gracias a mi hermana y a mi familia por mantener la tradición.