Estoy sentado en mi oficina y suave, suavecito se movió todo. Leo que el temblor de ahora fue de magnitud 6.1 y que su epicentro fue en el Océano Pacífico frente al Puerto La Libertad, en El Salvador.
¿Ya tienes tus kits de terremoto en casa? Siempre aprovecho estas ocasiones para recomendar su preparación.
Los nuestros tienen, cada uno, na mudada de ropa, baterías, una linterna, un par de botellas de agua, sendas latas de frijoles, elotes y atún, galletas de soda,, antigripales, antialérgicos, analgésicos, antidiarréicos, fósforos, vodka y algo de dinero cada uno. También incluimos una carpa y bolsas de dormir.
El clavo es que ahora no tenemos donde ir a acampar. En 1976 durante unos días dormimos en los autos, en la calle; hasta que unos amigos nicaragüenses de mis papás nos enviaron carpas y eso mejoró nuestra experiencia. Pasados otros días entramos a dormir a la sala de la casa y al cabo de otros pocos días cada quién a su dormitorio. Pero ahora no hay jardín, y nuestra sala queda a once pisos del suelo.
En fin, Guatemala está sobre tres placas tectónicas y cruzada a diestra y siniestra por fallas geológicas activas. Aparte de tener tres volcanes activos. Por lo que no es raro que haya sismos cada tanto y que algunos de estos sean mortíferos como el de 1976 y los de 1917 y 1918.
Los sismos de 1917 y 1918 representaron para Guatemala grandes pérdidas humanas y materiales, sin embargo, a pesar de las difíciles condiciones hubo gestos de solidaridad, apoyo y también anécdotas y vivencias que contaban quienes vivieron esas duras experiencias. En la conferencia de abajo te comparto relatos que escuché de familiares sobrevivientes de aquellas catástrofes.