¡Fuera, Maduro!

 

Lo comento cuando cabe: Es fácil votar por un gobierno socialista y revolucionario por despecho, o por lo que sea basándose en sentimientos. Pero el problema viene después, porque en aquellos círculos prevalece la máxima de que el poder no se suelta aunque te queme las manos.

Así debería terminar Nicolás Maduro; porque es eso, o que se eche un Gadafi, o un Ceaucescu. La illustración la tomé de Facebook.

¿Cómo le quitas el poder a un grupo de políticos que han saqueado, empobrecido y destruido moral y materialmente millones de personas durante décadas…como el de Venezuela? Sería genial hacerlo a sombrerazos; pero de la historia podemos aprender que suele ser sólo a balazos.

Por eso es que los regímenes colectivistas (de todos los colores) insisten tanto en desarmar a la población.  En consecuencia, si el régimen hace de las fuerzas armadas y policiales su clientela, a la sociedad civil no le queda más que doblar la cerviz, o salir a pelear a pedradas. 

Los socialistas muestran sus colores.

¿Y a quienes les toca salir armados con piedras y palos? A los jóvenes.  A la generación que no fue directamente responsable de llevar a la tiranía al poder.  ¿Quiénes ponen los capturados, los heridos y hasta los muertos? Los jóvenes. Los de la generación que no fue directamente responsable de llevar al poder a la tiranía. La generación mayor -la que votó con el corazón, o con el hígado- ya no está para trotes. Pero sus hijos y nietos, que sí tienen futuro, a ellos les toca.

Habrá que decir por qué, cómo, cuándo y para qué, por dónde y por qué razón, y con qué ambición. P. Andión.

¿Por qué estoy sombrío? Porque en Venezuela pasó lo que tenía que pasar.  El régimen de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, et al organizó elecciones, se las robó y da la impresión de que no va a soltar el poder, aunque le queme las manos.  

¿Hay algo bueno en todo esto? El fraude electoral en Venezuela hace que les salga el cobre a los socialistas. Deja claro que, para esa gente, nunca se trata de respetar la voluntad del pueblo; sino de alcanzar el poder y no soltarlo. 

Lo de Venezuela muestra, sin lugar a dudas, lo que sucede cuando se apacigua al socialismo y más si es aliado de grupos criminales que -poco a poco- se meten como moho en todo el tejido social y en las instituciones, por medio de la educación y el arte, no sólo por medio de la política.

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  • Sobre este tema te recomiendo que leas (en inglés) el comunicado de la Human Rights Foundation en este enlace.
  • También te recomiendo este X de Juan Ramón Rallo.

El gobierno de Guatemala, por cierto, se manifestó atinadamente en el sentido de que se respete la voluntad del pueblo venezolano que participó masiva y pacíficamente. El conteo de votos debe ser transparente y los resultados no deben arrojar dudas. También de forma atinada, Guatemala no tiene relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro desde el 2020.

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