Hunahpú, Ixbalanqué y estatización

 

Hay mitos chileros, como las aventuras de Hunahpú e Ixbalanqué; y hay mitos destruccionistas como el de que las necesidades humanas son derechos y que por lo tanto sus satisfactores deben ser estatizados; y el de que los carros grandes debrían pagar más impuestos.  Me explico:

Hunahpú e Ixbalanqué, los héroes gemelos del Popol Vuh. Ilustracion de Lacambalam, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons.

El miércoles, en X, vi que hay gente que cree que la disponibilidad de energía eléctrica es un derecho y que, por lo tanto, su generación, distribución y comercialización deberían ser estatizadas.  Pues…sí…la disponibilidad de energía eléctrica es una necesidad importante; pero es un non sequitur la idea de que por eso deba estar controlada por políticos y burócratas.  Tu no te acuerdas, pero cuando la electricidad era controlada por los pipoldermos había apagones de ocho horas, hubo que traer barcazas carísimas de emergencia y muchos negocios tuvieron que comprar plantas de generación. Si algo es una necesidad, NO debe estar controlada por los políticos que tú mismo repruebas por ineptos y corruptos.

En esa misma dirección, conversé en la radio con un personaje que sostuvo que la alimentación es un derecho y que el gobierno (léase los políticos y burócratas) deben garantizarla.  Si tomáramos en serio el razonamiento de arriba, y si la alimentación fuera un derecho (que no lo es, aunque sí es una necesidad innegable), los pipoldermos deberían estatizar las tierras y los cultivos de los agricultores que -por ejemplo- siembran verduras en Almolonga, Tecpán, Chimaltenango y otros lugares similares.  Digo, para ser consistentes.

El mismo personaje sostuvo que los precios de las verduras deben ser controlados por los políticos y burócratas para que no se eleven los precios.  ¿Quién tendría el corazón necesario para decirles a los pequeños agricultores que no pueden aprovechar la escasez de productos para ganar un poco más por los suyos? ¿Quién les dice que no pueden vender a precios de mercado y resarcirse de los malos tiempos porque los políticos, los burócratas, y a algunos analistas no les gustan esos precios?

Leí en X que hay un sujeto que cree que los pick-ups grandes deberían pagar más impuestos porque ocupan mucho espacio y contaminan más. ¿Quién les dice a los agricultores que sacan sus verduras desde quién sabe qué municipios, en sus Tacoma, sus Hi-Lux y sus Nissan, que tienen que pagar más por el permiso para usar sus vehículos? ¿Quién les dice que tienen que pagar más impuestos, y que -encima- no pueden subir los precios?

El destruccionismo de aquellos mitos no sólo es de carácter económico y productivo: la estatización de la energía eléctrica produce escasez, malísima calidad de servicio, corrupción y abusos.  Los precios tope acabaron con la industria lechera y con la industria panificadora de calidad en los años 80.  ¿Te acuerdas de cuándo había precio tope para el papel toilette y el único que había era uno de color verde, que raspaba? Castigar con impuestos a los productores asfixia la productividad y al final encarece los precios políticamente.

El destruccionismo de aquellos mitos también es moral porque la repetición irreflexiva de las consignas mitológicas impide que la gente piense en las consecuencias a largo plazo.  Le hace creer a la gente que desde el poder y por medio de la legislación se les pueden resolver sus vidas, sin causar daños mayores. Crea rencores y conflictos sociales arbitrarios y artificiales. 

¿Tu, qué piensas?

Columna pulblicada en República.

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