El martes pasado, al medio día, el Sol se colocó exactamente en el cenit y por eso los objetos no proyectaron sombras a esa hora.
El día sin sombra es un fenómeno que sólo ocurre en los trópicos y a mí me divierte recordarlo. Dos veces al año somos ascios -según los geógrafos antiguos- porque, como habitantes de una zona tórrida, la verticalidad de Hélios no proyecta sombra lateral.
El próximo paso del Sol cenital, seguramente será en agosto en la ciudad de Guatemala; y es algo muy chulo para ver con los niños, sobre todo si la observación comienza unos 20 minutos antes, por lo menos.