Cuando me atrapa el tráfico, ¿sabes qué hago? Pongo música ranchera, subo el volumen y canto a mis anchas. Si no tengo prisa, ni voy a un compromiso, me relajo. Si tengo prisa…un poco también, porque no hay nada que pueda hacer para remediar la situación. Si voy a un compromiso, llamo para avisar que voy tarde.
Pero claro…no me toca pasar cuatro horas en el tráfico todos los días y eso debe ser espantoso. Estoy seguro de que ese estado de cosas genera mucha frustración y desgaste, y es uno de los caldos de cultivo para la agresividad y la hostilidad que se notan cada vez más entre los chapines.
El problema del tráfico excesivo en la ciudad de Guatemala es un problema de mercado y hasta que no se entienda así, su solución posible está muy lejos (y en otras ciudades, pero me voy a centrar en el capitalino porque es el que me toca ver y vivir).
A ver, si la solución fueran un sistema de transporte colectivo eficiente y un metro, no habría tráfico fastidioso en ciudades como la CDMX, ni en Nueva York, ni en Washington, D. C.
Claro que el transporte colectivo y el metro son útiles; pero no elimina los embotellamientos en ninguna de aquellas ciudades porque es natural que las personas prefieran usar sus propios vehículos; y porque no tiene costo alguno visible el uso de las calles y carreteras.
En ciudades como la de Guatemala hay otro elemento que hay que tomar en cuenta: No es suficiente que el transporte colectivo (o el metro, si lo hubiera), o las góndolas colgantes (si las hubiera) sean seguras. Aquello sirve de poco si cuando caminas de tu casa a la estación te pueden quitar la compu a punta de pistola; y si lo mismo puede ocurrir cuando caminas de tu trabajo a la estación. La inseguridad ciudadana -que está como si les hubieran dado permiso a los ladrones para asaltar a gusto- no anima a usar el transporte colectivo.
Claro que nunca faltan quienes ofrecen soluciones coercitivas, por medio de legislación prohibitiva y de recursos punitivos. Pero esas no sólo no son soluciones, como lo probó el Hoy no circula en la CDMX; sino que son violatorias de los derechos individuales y son fuentes de corrupción.
Toda solución sostenible para problemas de convivencia social como el tráfico denso, deben apoyarse en normas generales y abstractas aplicables a todos por igual, sin privilegios. Ya te imaginarás que prefiero soluciones de mercado. Si te interesa el tema, checa Street Smart una obra fundamental para entender el transporte como elemento crucial para el bienestar económico y social. La obra, editada por Gabriel Roth sostiene que muchos de los problemas que hay en calles y carreteras –a causa del congestionamiento, altos costos, corrupción y mal mantenimiento, por citar algunos– pueden ser solucionados mediante la aplicación de los mismos principios solucionan otras necesidades. Es una obra para empezar a abordar el tema desde la perspectiva de principios y para entender la naturaleza del problema y la de sus posibles soluciones basadas en el principio de no agresión.
Cuando alguien va en un bus después de haberlo esperado por media hora en la calle; y sabe que le falta entre una y dos horas para llegar a su casa después de un día productivo no está para cantar rancheras. Para el problema del tráfico, una solución de fondo y sin falsear la realidad debería ser prioridad de carácter nacional y no sólo municipal, porque cada día que pasa va a empeorar…como siempre…para los más vulnerables.
Columna publicada en República.