El ichintal es una de mis verduras favoritas desde que era niño. Claro que no es verdura, sino tubérculo; pero en las casas de mis abuelas, y en la de mis padres se lo servía en modo de verdura. Es tan delicioso que mi padre decía que es bocatto di cardinale.
El de la foto es guisado con mantequilla, y cebolla dorada, además de tomate, sazonado con sal y pimienta negra. Es una forma muy tradicional de comerlo, con un twist genial, porque normalmente se usa aceite de oliva y no se dora la cebolla. Al ichintal lo acompañan dos tostadas con guacamol y salpicón…este último con naranja agria, y hierbabuena del mi balcón. En casa, para el salpicón nos gusta usar camote, en vez de bolovique porque la primera carne tiene gelatina y eso le añade mucho carácter al picado.
El ichintal también me gusta, mucho, mucho, envuelto en huevo y bañado con un un buen chirmol de hierbabuena.
El ichintal, por cierto es la raíz del güisquil.