Los egipcios eran enterrados con granadas, esas frutas forman parte de la iconografía del año nuevo judío, son imprescindibles para los chiles en nogada y su nombre científico Punica granatum está relacionado con los fenicios.
Mi mamá tenía mucho antojo de comer unas, mi bisabuela Adela usaba su jugo para combatir las cataratas en sus ojos, a mi me encantaba verlas en los árboles y desgranadas; no son mis frutas favoritas para comer porque son trabajosas; pero el sabor de su jugo -ya extraído- es delicioso.
A pesar de que hay un árbol de esas frutas en el taller donde le dan mantenimiento a mi bicicleta, tenía añales de no comer granadas. Eso se resolvió la semana pasada gracias a doña Carmen y a María José que nos obsequiaron unas deliciosas y bellas.