Con algo de atraso, pero con mucha alegría, ha sido inaugurada la temporada de anacates en mi casa. Sobre linguini y acompañados por aguacates y cervezas nos comimos el primer plato de la temporada 2023.
Los anacates -en cualquiera de sus formas de preparación- son uno de mis platos guatemaltecos favoritos. En casa los disfrutamos mucho con salsa de perejil y jerez, con frijoles colorados, en pizza, con crema y sobre spaghetti. También los probé una vez en pulique y fueron deliciosos. Desde niño, en la casa de mis padres y de mi abuela, Frances, los gozaba mucho. En aquel tiempo no eran tan abundantes como ahora y siempre fueron bocatto di cardinale.
La época de oro de los anacates en casa de mis padres y de mi abuela fue en los años 90 cuando una señora de San Juan Sacatepéquez los traía en pequeñas y encantadoras cestas de hojas. Fresquísimos a más no poder.
Estos hongos no sólo destacan por su sabor particular y delicado; sino por su consistencia que ofrece algo de resistencia a la mordida. Su color anaranjado es muy atractivo y sus formas son variadas.
El lunes los comimos sobre linguini y la salsa se hace de la siguiente forma, según receta de mi abuela, Frances: Limpias bien y cortas los anacates a lo largo, en dos, o en cuatro, dependiendo del grosor. En una cacerola se derrite mantequilla y se le añade un toque de aceite de oliva para que no se queme. En esa mezcla se fría cebolla picada fino hasta que se cristalice. Se añaden los anacates, sal y pimienta negra molida. Cuando ya han soltado jugo los hongos se añade maicena disuelta en agua y se hierve a fuego lento para que espese. Que no se recuezan los hongos. Una vez ha espesado se sazona con sal, pimienta y jerez seco y con perejil picado fino. Se pueden comer sólo así, y bien calientes, o se usa como salsa sobre spaghetti, o linguini, como en la primera foto de esta entrada.
Hoy, miércoles los comimos con frijoles colorados, según receta un amigo de mis padres, Rodolfo. Cueces dos libras de frijoles colorados con dos cebollas, una cabeza de ajos y sal. En una cacerola fríes cebolla hasta que se cristalice y añades tomates picados, sazonas con sal y pimienta y añades los anacates que se cuezan pero no mucho. Se terminan de cocer a fuego lento y se añaden a los frijoles. Los servimos sobre arroz y una cantidad generosa de buena crema, y con chile chocolate.
Es tradicional que, en mi casa, el segundo semestre del año no empieza hasta que los anacates llegan frescos a la cocina…y la mesa…y hasta que comienzan las clases.