Mi bisabuela, Adela, tenía una marimba extraordinaria. Aún recuerdo que mi pecho temblaba cuando sonaban sus teclas y me paraba frente a ella para sentir la vibración y sus notas.
Ese instrumento, de madera de hormigo, fue fabricado por Rosendo Barrios, propietario de la famosa Fabrica Internacional de Marimbas; y uno de los orgullos de Mami era su marimba.
En un reportaje titulado Una voz de madera, Mario Barrios (hijo de Rosendo) contó que la última marimba fabricada por su padre fue la del Hotel Casa Contenta, en Panajachel. En aquella época la propietaria de aquél establecimiento legendario era mi bisabuela, Adela Schuman de Morales, y ella le dijo a don Rosendo: Quiero una marimba que suene. Dicho y hecho. De la fábrica salió una marimba tallada al gusto; pero, sobre todo, potente. Tanto que el sonido rompió los vidrios del lugar, cuenta el reportaje por Christa Bollman que fue publicado en la Magazine 21, el domingo 24 de enero de 2002.
Esa marimba pasó a propiedad del Ministerio de Trabajo y ahora se llama Marimba de Recreación Laboral…a menos que por algún acto de magia la marimba de Mami haya ido a parar a manos de algún funcionario. El martes, que estaba buscando un son y me encontré con varias grabaciones de aquella marimba. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?
Con esa marimba y en el salón del Hotel Casa Contenta, bailaron mis padres, mis abuelos y mi bisabuela…y yo todavía llegue a tocar sus teclas a finales de los años 60. Teclas que, en efecto, hacían que a uno le temblara el pecho.