En una madrugada como la de hoy, la del 4 de febrero de 1976, yo dormía como tierno; hasta que a las 3:03 a. m. escuché un ruido como que una locomotora se estuviera aproximando a mi cama, e inmediatamente todo se sacudió. No se movió…¡se sacudió!
Con ocasión de aquel movimiento telúrico y sus réplicas murieron unas 23,000 personas y 77,000 fueron gravemente heridas. Mi madre, por cierto, fue voluntaria en el Hospital Roosevelt para atender a personas que quedaron cuadraplégicas como consecuencia del terremoto.
Porque el fenómeno ocurrió en la madrugada, muchas personas murieron en sus casas de adobe; y no hubo caos vehicular en las ciudades. ¿Te imaginas el caos del tráfico si el próximo terremoto ocurriera en el día mientras estás en tu trabajo y tus hijos están en el colegio? No es por asustar; pero Guatemala está sobre tres placas tectónicas, está cruzada de fallas geológicas y es atravesada por parte del cinturón de fuego del Pacífico. Además, sabemos que no pasa mucho
¿Estás preparado? ¿Te has puesto de acuerdo con tu pareja sobre qué hacer si están separados ese día? ¿Qué pasará con tus hijos en el colegio, o los colegios? ¿Y con tus padres mayores? ¿Tienes kit de terremoto en tu casa? Los teléfonos van a estar congestionados, si no es que están completamente inutilizados.
En casa tenemos carpas, bolsas de dormir y catres de campaña…pero a diferencia de lo que ocurría en 1976 no tenemos dónde establecernos con seguridad. Eso sí, tenemos nuestras mochilas con algo de ropa, algo de alimentos y agua, dinero en efectivo, linternas, baterías, radio, medicinas imprescindibles y algo para primeros auxilios, fósforos, pañuelos desechables, navajas, copias de documentos importantes y pasaportes. Yo tengo una anforita con vodka.
Recuerda que no existen los desastres naturales; sino que son las personas las que incuban los desastres cuando se colocan en situaciones de vulnerabilidad. En la ciudad de Guatemala, por ejemplo, hay muchas construcciones en situaciones de vulnerabilidad y riesgo. Si vives, o trabajas en una de ellas, ¿cuál es tu plan?
Columna publicada en elPeriódico.