Cerca de la mitad del gasto aprobado para funcionamiento en el presupuesto estatal para 2022 se destina para el pago de la nómina de políticos y burócratas. Para que tengas una idea de proporciones el Ministerio de Finanzas estima unos Q30.1 millardos para sueldos, salarios, aportes patronales, dietas, gastos de representación y otras prestaciones; mientras que sólo Q18.7 millardos serán para una mal llamada inversión.
¿Viste? ¿Te fijaste? Como aquellos Q30.1 millardos salen de los impuestos que te fuerzan a pagar, de préstamos en los que te embarcan sin preguntar, y de la inflación que es un impuesto oculto…¡Estás trabajando para otros! y no puedes ahorrar porque esos otros viven de tu trabajo.
Si todavía no estás indignado, pregúntate: ¿Cuánto de lo que te quitan de impuestos va a parar al pago de plazas para fantasmas? ¿Cuánto se destina a sueldos de plazas no sólo improductivas, sino que obstaculizan la productividad? ¿Cuánto de aquel dinero -que no puedes ahorrar- va a parar los bolsillos de compadres, amantes, socios, familiares y amigos de quienes toman y distribuyen tu sueldo?
El hecho es que todo funcionario, alcalde, diputado y grupo de interés que ha podido, ha convertido el presupuesto estatal en una piñata para su servicio. Tu pagas esa piñata y como elector y ciudadano ninguno de los beneficiarios de aquella expoliación y repartimiento se siente moralmente obligado a darte explicaciones. No puedes ahorrar porque pagas la piñata y te tienes que aguantar.
Encima, eso que en la jerga estatista llaman inversión no es tal. La inversión en el sector voluntario de la economía implica el uso de dinero y recursos para conseguir ganancias; pero esta última condición es ajena al sector coercitivo de la economía, de modo que la irresponsabilidad, el desperdicio y la mala administración -cuando no la corrupción- devorarán buena parte de aquellos Q18.7 millardos…que tu pagas y que te impiden ahorrar.
Columna publicada en elPeriódico.