En tiempos interesantes como cuando en el marco de una pandemia son amenazados gravemente los derechos individuales, como cuando las instituciones se ven peligrosamente socavadas y como cuando la capacidad de razonamiento lógico es minada, el arte juega un papel clave para encontrar o para no perder el norte.
¿Por qué? Porque el arte no solo refleja los juicios de valor metafísicos del autor, sino que —a quienes lo observamos— nos provee con la experiencia intensa y profundamente personal de concretizar nuestra visión del mundo y nuestro sentido de vida. Una obra de arte, cuando la observas, puede decirte: Esta es la vida como la ves; o bien, esta no es la vida como la ves.
Por eso celebro a Atlas, pilar del mundo, la escultura de Walter Peter B. que se halla en Fontabella HQ, acompañada por toda una exhibición del contexto filosófico de aquella obra magnífica y acompañada por el mural Camino a la victoria. Celebro a sus mecenas porque ¡qué apropiado es llegar a un edificio destinado a emprendedores, creadores e innovadores y encontrarse con arte que encarna las virtudes y valores ineludibles para emprender, crear e innovar! Atlas, pilar del mundo es una obra apropiada para productores, no para saqueadores.
Atlas, cuya fortaleza titánica descansa en el carácter colosal que demuestras cuando defiendes y practicas la noble virtud de nunca traicionar tu virtud más noble, la razón, en palabras del artista. Atlas, el emprendedor que pone su tiempo, alma y recursos detrás de una idea, y que persigue sus sueños incansablemente, aun cuando el mundo entero ofrece resistencia, según Rodrigo Castillo, del Grupo Abarca.
La importancia del arte en espacios públicos se halla en el hecho de que pone a disposición de quienes lo observamos la posibilidad de explorar nuestras escalas de valores en función de que tenemos facultad volitiva. Nos ofrece la posibilidad de explorar nuestras emociones en función de la visión que tenemos de nosotros mismos y de la existencia. Sin más costo que el de tomarnos el tiempo para preguntarnos: ¿Por qué nos alegra haber conocido esta obra?
¿Qué piensas?
Columna publicada en elPeriódico.