La educación de mi cuate, Nixon, fue tradicional y no fue inspiradora para él. Por eso le costaba hacer tareas y llegar a los resultados que se esperaban de él. Sin embargo, él siempre estaba buscando algo fuera de las clases, él quería explorar el mundo y vivir aventuras porque tenía la sensación de que había algo más allá de las aulas y de lo que le hacían memorizar en la escuela.
Nixon empezó a descubrir lo que buscaba cuando comenzó a leer libros por su cuenta. El Manantial, de Ayn Rand, fue la primera novela que leyó y en las obras de aquella filósofa encontró una promesa de grandeza, no sólo con respecto a lo que podía encontrar en el mundo, sino con respecto a lo que podía encontrar en sí mismo a pesar de los problemas y de los obstáculos.
Adolescente, como era, Nixon encontró en aquellas obras las herramientas necesarias para buscar y encontrar su lugar en el mundo. Todo esto lo cuenta él en su canal de Youtube que encuentras si en el buscador de aquel sitio pones: Nixon Sucuc. Aquellas herramientas lo ayudaron encontrar el propósito de su vida y fortalecer su autoestima. Empezó a aprender a usar su razón, luego de que todo lo que había aprendido en la escuela era a obedecer a la autoridad y a aceptar conclusiones por fe, y a memorizar. Armado con aquellas herramientas Nixon enfrentó los conflictos entre lo que había aprendido y lo que quería alcanzar.
Para no hacer larga la historia, ¿a qué dedica Nixon su talento y sus otros recursos en estos días? A resolver el problema que más le molesta en el mundo y el que más le fascina en el mundo. Es que no existen programas educativos que inicien a los niños y adolescentes en los poderes y hábitos mentales que necesitamos para vivir una vida floreciente como seres humanos.
Nixon también explora su vida de propósito por medio de las artes liberales en el Michael Polanyi College, por medio de las obras de Homero, Sófocles, Aristóteles, Newton, Darwin, Smith, Locke y otros grandes. Si compartes la inquietud de Nixon seguramente querrás suscribirte a su canal, o por lo menos visitarlo con regularidad.
Columna publicada en elPeriódico.