Vecinos de Colpech, Huehuetenango, encontraron a una bebé abandonada a la orilla de la carretera, la menor estaba en un área deshabitada, pero el llanto alertó de su presencia. Esa chiquita víctima más de la legislación antiadopciones. La bebé fue llevada a un hospital.
Cuando leen estas noticias, si las leen, los promotores y defensores de la legislación antiadopciones ¿pueden dormir sin tener pesadillas?
La legislación antiadopciones hace difícil, si no es que impide, que las mujeres que no pueden, o no quieren criar a sus hijos, o tenerlos, encuentren opciones frente a su situación y las pone en una especie de callejón sin salida. Hay mujeres que no pudiendo dar a sus hijos para que otras personas los críen con amor y dignidad, parecen no tener más camino que abortar a sus fetos, o abandonar a sus bebés recién nacidos.
Una legislación más humana y más flexible -que no monopolizara los procedimientos de adopción y los hiciera transparentes-; una ley que no satanizara a las mujeres que no quieren, o no pueden ser madres; y una que no obstaculizara las adopciones internacionales quizás salvaría las vidas de muchos bebés que mueren en cunetas, matorrales, basureros, en bolsas plásticas, o en sábanas; y las vidas potenciales de quién sabe cuántos fetos abortados. Quizás salvaría más vidas, que una legislación inhumana, inflexible y criminal como la que está vigente.
Yo digo que las personas que patrocinaron, promovieron y defienden la actual legislación antiadopciones, de seguro que se despierta en medio de la noche, muchas noches, escuchando los llantos de los niños abandonados. Y si no lo hacen…de verdad deseo que lo hagan.