Con pasteles de Luna, en casa y en familia, celebramos el festival de medio otoño.
Es una costumbre china que también se conoce como el Festival Zongquiu. Para el mismo son elaboradas aquellas delicias que tienen rellenos riquísimos y suelen estar decoradas con caracteres que aluden a la felicidad, la longevidad y otros buenos deseos, acompañados por imágenes de flores y conejos entre otros.
A mí me gustaron desde la primera vez que los probé, seguramente allá por finales de los años 90, gracias a mis amigos de Taiwán; y desde entonces siempre estoy pendiente de que salgan a la venta a mediados de septiembre. En Guatemala los venden en el restaurante Lai Lai. Los hay sin huevo y con huevo. Los primeros no serán ajenos al gusto occidental y de hecho pueden recordar algunos dulces tradicionales chapines hechos con camote; pero los segundos sí son un gusto adquirido que, a quienes nos fascina la comida oriental, nos parece encantador.
Gracias a la embajada de Taiwán por los que alegraron el día de hoy.