En casa, hoy le dedicamos la tarde a Lucía di Lammermoor cortesía de The Metropolitan Opera y fue la versión de 1982, con Joan Sutherland y Alfredo Kraus. Lucía es mi opera favorita desde que era niño y fui introducido a ese mundo encantador por mi abuela, Frances.
Siempre me han gustado mucho el dueto de Lucia y Edgardo en su despedida; la bienvenida de Arturo al castillo de Enrico; el sexteto clásico y magnífico, y el enfrentamiento entre Edgardo y los Ashton. Pero hoy vi Lucia di Lammermoor con otros ojos.
El segundo acto, se centra en el engaño y en el sacrificio, Lucia es conminada por su hermano a sacrificarse por él; el cura la extorsiona con que si no se sacrifica por su hermano, su madre se retorcerá en su tumba; y la chica es forzada a casarse sólo para terminar en la locura.
Creo que es buen material para discutir la inmoralidad del sacrificio.
La nostalgia me llevó a tomar Tales from the operas, el libro de historias de operas que era de mi abuela y que antes había pertenecido a Edyth M. Vinter (un día les cuento quién era Mrs. Vinter). Ese libro contiene las historias de muchisimas operas y es de principios del siglo XX. Mi abuela me lo daba a leer antes de que escucharamos una opera y luego de que ella me daba un resumen ejecutivo de la historia y me señalaba los highlights.
Luego, la nostalgia me llevó a buscar el libreto de Lucia di Lammermoor con el que escuché por primera vez aquella opera, en los discos de vinil de mi abuela. Y en él estan marcadas con lápiz mis escenas y arias favoritas. En aquel tiempo, los años 70 sólo podíamos oir Lucia, Tosca, Madama Butterfly y otras en los discos, durante tardes lluviosas y no había posibilidad de verlas (como no fuera viajando).
Lucia di Lammermoor, por cierto, fue la primera opera que vi, en VHS, en la televisión de mi casa a finales de los años 80. Madama Buterfly fue mi primera opera en vivo, y Lucia di Lammermoor, la segunda.
Fue una dicha pasar la tarde con Lucia y entre buenos recuerdos.