De cuando en cuando una abeja cansada, o dos, cae en mi balcón y si tiene suerte me doy cuenta y le preparo agua con miel para que beba, se reponga y alce el vuelo. ¡No te imaginas la alegría que me da cuando veo que vuela y se va!
En casa siempre hay miel de abejas y la usamos para comer panqueques, waffles y crepas, para comer con bananos, para comerla como golosina y para cocinar. Siempre andamos en busca de mieles y preferimos las que tienen sabor amaderado. ¿Sábes qué es delicioso? Comer la miel con una astilla gruesa de madera recién cortada. ¡Que cosa rica el buen pan francés con miel! ¿Has comido queso chancol, o queso manchego con miel?
Desde que en quinto, o sexto grado de primaria estudié a las abejas, las colmenas y la miel -en la clase de Ciencias naturales, agropecuaria y salud y seguridad- con Miss Estercita, valoro mucho el trabajo de las abejas. Pero ya antes, desde la preprimaria cuando mi abuelo Jorge volteaba la botella de miel y subía la burbuja y él decía que era el paracaidista, la miel llamaba mi atención y despertaba mi imaginación.
Una vez, recuerdo muy bien que estaba en Primero básico, estaba viendo un documental de abejas en casa de mis padres y me entró un deseo irresistible de comer miel. Fui a la despensa y me llevé la sorpresa de que no había miel de abejas. Había de maple y de caña en el refrigerador, ¡Pero no había miel de abejas! Lo que se me ocurrió fue dirigirme a la casa vecina de una amiga de mi abuela, y pedir que me regalaran miel. ¡Así me quité el antojo!…y decidí que nunca debe faltar aquel producto en mi casa.
Gracias a mi amigo, Bobby, cuyo padre tenía colmenas en Amatitlán, una vez –ca. 1979- participé en el proceso de sacar las colmenas, ponerlas en la extractora centrífuga y extraer el producto precioso y dulce elaborado por las abejas. Me gocé lamer y chupar trocitos de colmena.
¿Cuándo fue la última vez que me picó una abeja? Creo que fue cuando estaba en Quinto año de primaria, minutos más, minutos menos, y fue en la finca Florencia durante un día de campo con mi familia, durante la temporada en la que mi papá corría en moto. Creo recordar que mi abuela me puso tabaco en la picadura, luego de sacar el shute de la abeja que me picó.
Hoy celebro a las abejas y al magnífico producto de sus afanes.
Gracias por el tip…no sabía que podíamos rescatar abejas cansadas con miel y agua…tiene mucha lógica y lo pondrè en práctica para la sobrevivencia de tan valiosos animalitos en el ecosistema.