¡Bueno, ya fui a votar!

¡Por supuesto que fui a votar!…y me di el gusto de poner la palabra ¡Ñaques! en la papeleta del Parlamento Centroamericano.  Ñaques es una palabra olvidada que describe muy bien a los parásitos del Parlacen.

En mi centro de Votación me encontré con que le anularon sus votos a una persona, arbitrariamente y, por suerte estaba ahí un equipo de Libertópolis para poner en evidencia aquel abuso. Puedes ver el video en @Luisficarpediem y en Periscope.

En esa dirección, llegué a mi mesa cuando el Presidente de la Junta receptora defendía el punto de que si se puede llevar niños a la cabina de votación y que eso es parte de la fiesta. ¿Es que alguien expresó el criterio absurdo de que no se deben llevar niños?

Noté en mi centro de votación y en otro al que acudí que hay pocos fiscales de partidos en las mesas (unos tres promedio) y me divierte lo tensos que están, siempre así como a la espera de que ocurra algo.

Por lo demás la gente fluye para votar, llegan muchas familias en buen plan, el ambiente es agradable y la gente amable.

Por cierto que comparto mi voto en ejercicio de mi libertad de expresión, garantizada por la Constitución; y porque la secretividad el voto se refiere a que nadie puede obligarte a revelar por quién emitiste sufragio, no a que no puedas compartir tu decisión.

Ah, y ñaque quiere decir conjunto de cosas ridículas  e inútiles.

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