¿Cuál fue la novedad en los fuegos artificiales de este 12 de diciembre? Pues hubo dos: una mariposa y un torito de cuatro pisos.
Los que visitan Carpe diem desde hace ratos saben que me encantan los toritos y que voy a buscarlos al centro de la ciudad cada 12 de diciembre. ¡En 2016 vi siete toritos!
Pues ayer vi una mariposa por primera vez. La mariposa es un hombre que carga una estructura de madera en forma de alas y en la estructura hay fuegos artificiales. Nunca había visto una y, casualmente, mi cuata, María José, me habló de ellas porque en Mixco si las hay durante la feria de allá. La mariposa de anoche me impresionó, no sólo por la novedad y por el hecho de que la pirotécnia que llevaba resultó hermosa y espectacular, sino porque el hombre que la representaba supo bailarla muy bien.
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Unos metros más adelante vimos un torito; pero no cualquier torito. Por primera vez en mi vida vi un torito de ¡cuatro pisos! Cuatro pisos de pirotécnia asombrosa y maravillosa. Y un torito fiero. A mí me hizo gozar mucho, sobre todo cuando se acercaba y uno tiene la impresión de que el torito va a pasar embistiendo con sus luces y sus fuegos.
La noche fue inolvidable. Incluyó un coheterío con bombas y todo que duró por lo menos 10 minutos y un espectáculo de luces que duró entre 15 y 20 minutos, todo en una cuadra antes del torito de cuatro pisos.
También hubo mariachi, cosa que no habíamos visto en años anteriores.
Fuimos acompañados por nuestras cuatas Karen y Laura, que nunca habían visto toritos, ni mariposas de pirotécnia, ni habían estado en una fiesta callejera chapina como esta. Me da mucha alegría que se hayan gozado todo porque me gusta mucho que los extranjeros conozcan la Guatemala de los chapines.
Cuando era niño, los relatos de mi tía abuela, La Mamita, acerca de toritos durante las festividades tradicionales me maravillaban. Yo tenía muchas ganas de ver toritos y no fue hasta hace relativamente pocos años que vi el primero. Desde entonces pocas cosas me divierten tanto como salir a buscar toritos y verlos desplegando sus fuegos y sus colores entre la gente que se les acerca y les huye.