Pispisigaña, juguemos la araña…

¿Recuerdas el juego de niños que decía: Pispisigaña, juguemos la araña./ ¿Con quién la jugamos?/ Con la mano cortada…Ayer me acordé de eso y le pedí a mi madre que me recordara el texto. Hac clic en la foto para ver el vídeo.

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El texto completo va:

Pispisigaña, juguemos la araña.

¿Con quién la jugamos?

Con la mano cortada

¿Quién la cortó?

El rey y la reina.

¿Dónde están el rey y la reina?

Están comiendo huevo

¿Dónde están los huevos?

Se los comió el padre.

¿Dónde está el padre?

Está diciendo misa

Kikiriki, kikiriki

Quien quiera comer pan con miel

Que vaya a la puerta de san Miguel

Busqué en la Web y encontré que el juego tiene otros nombres: Pizpizigaña, Pispis y gaña, Pispirigaña y Pispirigallo para mencionar unos.  Igualmente el texto cambia entre poco y bastante.

Ya picados, con mi madre nos acordamos de otros juegos similares de niños.  Estos versos los decía mi madre cuando nos cortaba las uñas a mí y a mis hermanos.  Cada verso en cada dedo comenzando por el meñique y terminando por el pulgar en cada mano.

Este fue al mercado.

Este compró un huevo.

Este le echó sal.

Este lo puso a asar.

Y este picarote, se lo comió.

Al concluir el último verso, uno tenía que morder el dedo pulgar y siempre causaba mucha risa.

De aquellos versos pasamos a unos que aprendimos en Costa Rica y eran para un juego de cosquillas  Mi madre empezaba por la mano de alguno de los niños e iba avanzando poco a poco y al ritmo de los versos.  Primero la mano, luego el antebrazo y así en dirección de la axila para terminar haciendo las cosquillas.

Ahi anda un negrito

Vendiendo maní.

A todos les dió,

Menos a miiiiiii.

Y terminaba uno retorciéndose de la risa y pidiendo más.

En el mismo espíritu y con el mismo propósito eran estos otros versos:

Cuando vayas al mercado

No compres carne aquí,

Ni aquí,

Ni aquí,

Ni aquí,

Sóoooolo por aquiiiiiiií.

Con el último verso llegaba a la axila y ¡cosquillas! La ventaja de este sobre el anterior era que a fuerza de Ni aquí y Ni aquí el momento de las cosquillas podía ser diferido y la ansiedad anticipatoria hacía más divertidas la espera y el final.

Ayer nos reímos mucho recordando este tipo de juegos.

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