La ley que obliga a los motoristas a usar chalecos debe ser abolida porque es una ley mala.¿Te has dado cuenta? Los motoristas se han multimplicado por n; y la mayoría no lleva los chalecos obligatorios, o los lleva cubiertos por sus mochilas, o los lleva tan raídos que ni se notan. ¿Por qué es que la ley que obliga a los motoristas a llevar chalecos es una ley mala? Por dos razones:
1. Es un mandato, una legislación específica y obligatoria que fuerza a las personas a hacer algo que no harían voluntariamente. Friedrich A. Hayek llama taxis a ese tipo de normas y son propias de un orden creado, como un banco, un ejército, un gobierno, o una familia; pero son impropias de un orden espontáneo como la sociedad. Es cierto que la legislación de los chalecos fue decretada para combatir la delincuencia; pero casi nadie la cumple y eso nos lleva a la segunda razón por la cual esa normativa es mala.
2. La ley de los chalecos ya no es cumplida por casi nadie; y las autoridades encargadas de hacer que se cumpla no están dispuestas a aplicarla. ¡Las mismas autoridades no cumplen con esa la legislación! Los costos de hacer cumplir la ley son muy elevados -sobre todo los costos emocionales-. Las leyes que no se cumplen son malas porque hacen de la ley una burla.
La delincuencia no se acaba con la multiplicación de leyes y regulaciones, sino con la aplicación cierta e ineludible de las que hay. ¿Cuándo vamos a aprender la lección?
En el capítulo X de El Principito, por Antoine de Saint Exupéry, el Rey -monarca absoluto y universal- explica que la autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables. Si yo ordenara a un general convertirse en ave marina, y si el general no obedeciera, no sería la culpa del general. Sería mi culpa.